Viven por misericordia de Dios. A Ceferina Guerrero, de 75 años, le toca vivir sus últimos días enferma.
Con el pasar de los años perdió la visión en el ojo derecho, y como sufre del corazón, no la pueden operar. Su esposo y fiel compañero Julio De León tiene una pierna enferma y se le hace difícil caminar; pero su deseo de llevar algo para comer es más fuerte que su dolor, por lo que sale todos los días a ver qué consigue.
Viven en extrema pobreza, su casa es de madera y se está cayendo; no tienen quién los ayude, y hasta su familia los ha abandonado. Ellos piden que los ayuden con alimentos, porque muchas veces se han tenido que acostar sin comer.
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