Uno de los temores de las mujeres, actualmente, es que les detecten quistes de ovarios. Mal que tiene fácil solución si se trata a tiempo, pues por sus molestas complicaciones puede provocar infertilidad. Y es por lo grave de esta enfermedad que le ayudaremos a saber más del tema.
Para definir la aparición de los quistes, antes tiene que saber diferenciar un quiste de un problema tumoral. El quiste es una pequeña cavidad líquida que crece en el ovario durante el proceso ovulatorio, pero si el contenido de esta cavidad es sólida, vendría a ser un tumor. Por lo tanto, los quistes no son tumores y, por lo general, no se transforman en cáncer de ovario.
¿QUE SON LOS QUISTES DE OVARIOS?
Son sacos llenos de líquidos en uno o ambos ovarios. Muchísimas veces, producen hormonas que repercuten en los cambios físicos y emocionales. Los más comunes son los quistes foliculares y el cuerpo lúteo, ambos están asociados a la ovulación.
SINTOMAS
La gran mayoría de quistes no producen síntomas (son asintomáticos), motivo por el cual anualmente las mujeres con riesgo de cáncer por herencia y las mujeres mayores de 35 años, deben realizar una "ecografía". En las mujeres menopáusicas se recomienda, además, una ecografía transvaginal.
SINTOMAS:
Dolor y distensión abdominal. Dolor en las relaciones sexuales (dispareunia). Irregularidad menstrual o sangrado no asociado al período. Abdomen firme, tenso y doloroso. Sensación de presión intrabdominal. Cambios en los hábitos intestinales. Cambios y aumento de los vellos faciales y abdominales.
TRATAMIENTO
En caso de evolución corta y quistes de menos de 6 centímetros, se trata con anticonceptivos orales y se espera para otra ecografía 6 semanas de diferencia entre la primera y segunda.
Mayores de 6 centímetros y dependiendo de la edad, deseos de embarazos y antecedentes familiares, se solicitan marcadores tumorales.
¿COMO SE EVITAN O SE PREVIENEN?
Esto es sólo posible con la empatía y confianza del paciente y su ginecólogo. Este último con mucha tranquilidad y actitud docente, debe explicar y tratar siempre de tranquilizar al paciente y a su familia con un conocimiento de la salud y el control periódico semestral o anual dependiendo de las circunstancias.
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