Treinta y ocho años de experiencia. Domitilo Ostía es un sastre que está anuente a su trabajo, y su taller se ubica en Pan de Azúcar, donde las personas lo buscan para que le haga uno que otro arreglo a la ropa.

Contó que en un principio tenía un pequeño local en la vía principal, pero después consiguió en el que actualmente está instalado.

En su pequeño negocio se reúne con amigos y discuten sobre cómo van cambiando las cosas en los últimos años y los problemas del acontecer del país.

Narró que antes había más demanda por parte de las personas que compraban la tela y mandaban a hacer los vestidos a la medida, para fiestas de Navidad, Año Nuevo, Carnavales e inicio de clases.

"Nos hemos visto afectados, pero bueno, hay personas que aún mandan a hacer reparaciones y logramos sacar el ingreso del día".

Al momento de visitar su sastrería, Domitilo estaba junto a otros amigos y arreglaba un pantalón.

COSTO

Para confeccionar un pantalón y una camisa, cobra B/8.00. "Antes las camisas se hacían hasta 80 piezas y se necesitaba más mano de obra. Ahora todo ha decaído, las industrias del calzado y de la ropa han cerrado, porque las personas compran marcas en los almacenes", dijo Domitilo.

Recordó que ahora sólo hacen arreglos y bastas, por lo que se cobra un precio mínimo.

Pero pese a los días difíciles, el sastre trata de ofrecer un servicio profesional a sus clientes, quienes lo buscan todos los días para que les arregle su ropa.

CORTES

De manera amable, Domitilo atiende a sus clientes.