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Amor de médicos, soporte de una familia
Así luce el entorno familiar de los Velásquez-Almillategui. (Foto: Cortesía)

Didier Hernán Gil | DIAaDIA
Continuando con la campaña cívica de DIAaDIA "Rumbo al 3 de mayo", luego de presentarles el perfil familiar, profesional y social de los candidatos a la Presidencia de la República, también hemos incluido a los aspirantes a la Alcaldía de Panamá. El turno es para Roberto Velásquez Abood, candidato por el Partido Revolucionario Democrático (PRD).

Si un mago le prestara una varita mágica a "Bobby" Velásquez para cambiar algo de su vida, afirma que sería para crecer tres pulgadas, ya que su hijo de 12 años, Roberto Antonio, le llega casi a las cejas, pese a que este galeno mide 1.70 metros aproximadamente.

"Mi hijo me dice así. No te rías que es verdad", explicó el candidato a la Alcaldía de Panamá, quien, no obstante, enfatizó que está conforme con lo que Dios le dio como persona y con lo que su familia le ha permitido alcanzar.

En un ambiente de camaradería inició esta entrevista al Dr. Roberto "Bobby" Velásquez Abood, quien luego de este supuesto se quedó pensativo y respondió: "Sabes, tal vez regresaría a mi abuelo paterno que fue quien me crió. Lo regresaría cinco minutos, pues me hubiera ayudado en muchas cosas en estos momentos".

La razón es sencilla, pues fue su abuelo José Pablo Velásquez el que estuvo a su lado mientras sus padres se separaron cuando tenía siete años. No obstante, sus progenitores volvieron a rehacer sus vidas matrimoniales, a tal punto que son seis hermanos.

Cuando joven pensó estudiar medicina u optometría como su padre, pero se inclinó por la primera, ya que estimó que tendría más posibilidades de ejercer una profesión en la que, además de sentirse conforme con su labor, ayudaría a mucha gente. De acuerdo con Velásquez, con esta mentalidad ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá para realizar sus primeros años de estudio, pero luego, producto de las situaciones que se dieron en los últimos años de la dictadura con Manuel Antonio Noriega, su familia decide enviarlo a Costa Rica donde terminó su carrera en 1993.

Roberto Velásquez Abood ha sido funcionario público toda su vida. Tras realizar su internado, se ha desempeñado en la Policlínica de la Caja de Seguro Social en Arraiján. Confesó que no tiene clínica privada y argumentó que "me he dedicado a trabajar en la parte social de la Medicina y no he hecho de ella un negocio".

Este médico, que también fue director del Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC), está casado con la pediatra Alet Almillategui y tiene dos hijos: Roberto Antonio y Andrea Raquel, de 12 y nueve años, respectivamente.

Curiosamente, explicó que el sobrenombre "Bobby" lo heredó de su padre y ahora así le llaman a su hijo en la escuela.

Considera que el respeto es fundamental en su familia y destacó que en su casa "no se insulta ni se grita ni se dicen malas palabras", por lo que reveló que sus hijos no han presenciado sus discusiones de pareja.

Ambos niños estudian en el Colegio Episcopal San Cristóbal y comentó que en los últimos cuatro años trata de llevarlos religiosamente todos los días a la escuela.

Al hablar de sus hijos, dijo que el mayor es un tipo recto, pero la que sí da dolores de cabeza es Andrea. "Siempre tiene la razón, es terca. Aunque sabe que se va a estrellar, ella va y se estrella", aun así es la reina de la casa y el sábado pasado cumplió nueve años.

Para "Bobby", los viernes en la noche son dedicados a su esposa, pues es el momento para salir a pasear y recrearse juntos. En este lapso, afirmó que no le contesta el celular a nadie. En tanto, los domingos por la mañana son especiales para sus hijos, ya que se encarga de prepararles el desayuno, pese a que comparten la mesa todos los días, pero debido al ajetreo de escuela, trabajo y otros deberes, no siempre todos terminan en su puesto.

Al preguntarle si le gustaría ver a sus hijos metidos en el ámbito de la política, Velásquez expresó: "A todo padre le gustaría tener un hijo que lo supere, pero si las campañas van a ser como ahora, yo no quisiera que mis hijos y mis nietos vivan lo que está pasando hoy día".

Contó que cuando su hijo tenía cinco años, él le pidió un permiso por cinco años para ejercer como director de SINAPROC. Ahora, su vástago tiene doce años y adelantó que de llegar a la Alcaldía de Panamá le pediría un segundo permiso por cinco años más, y de concretarse un segundo permiso, al finalizarlo, su hijo mayor tendría 17 años, por lo que sentenció que ambos merecen más tiempo.





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