La vida de una familia cambió por completo hace 12 años, cuando fue víctima de un atropello. Todo ocurrió en horas de la mañana del 14 de junio de 1997, cuando Leticia Reyna, su esposo Rogelio González y su hijo Rogelio, quien apenas tenía dos años, salieron de su casa ubicada en Salamanca de Colón, para comprar un regalo. Ese era el Día del Padre, pero cuando estaban en la parada, un carro se salió de la vía y los arrolló.

A pesar del apoyo, que no ha faltado en la familia, la señora Leticia no supera lo que sucedió. Y no es para menos, ya que su rostro quedó desfigurado. Fueron años de trauma, de esconderse de la gente y de pedir que las autoridades la apoyen para someterse a una operación para que le reconstruyan el rostro. Ella estuvo inconsciente durante diez días, y varios meses hospitalizada.

Su esposo aún tiene las cicatrices en la cabeza, su pierna derecha se le fracturó en dos partes, y aún así cojeando realiza un trabajo en la Junta Comunal de Salamanca, donde gana B/300.00.

Una de las cosas que más le preocupa a esta familia es que su hijo, quien ahora tiene 14 años, sólo llegó hasta cuarto grado, porque los principales golpes los recibió en la cabeza y eso "lo dejó mal".

Ellos dicen que por su caso nunca se hizo justicia y que la mujer que los atropelló sólo les ayudó por seis meses, pero el problema les quedó de por vida. A pesar de que las cicatrices siguen en sus cuerpos y, sobre todo, en el corazón, ellos esperan salir adelante y que en este Gobierno le apoyen con la operación que Leticia necesita.

"Yo pido que me apoyen, ese es mi sueño, que me arreglen la cara", dijo entre llantos Leticia, quien desde el accidente, aunque quiere, no ha podido volver a trabajar, porque es consciente de que su aspecto se ha convertido en su mayor dificultad.

PETICION

Leticia y su familia pidieron el apoyo a la Primera Dama, ellos están a la espera de una respuesta positiva.