Hola Moza, antes que nada, quiero felicitarte por los consejos que le das a tus lectores por medio de este espacio. Moza, también quería tomarme el atrevimiento de decirte a ti y a todo el que lea este periódico que estoy total, profunda, sincera y locamente enamorado de una periodista que trabaja allí. Algunas veces no sé cómo comportarme con ella; yo no quiero que ella se sienta obligada a nada. A veces se pregunta que cómo puedo estar enamorado de ella, si casi nunca podemos compartir por falta de tiempo. Yo quiero decirle que yo creo en lo que siento. Me gustaría hacer la diferencia en su vida; pero, si no es así, no importa, porque lo único que quiero de ella es una sonrisa de felicidad; para mí, eso también es felicidad. Ella se merece lo mejor, ya que es una gran dama. Una hermosa princesa disfrazada de periodista.No sé si me das una ayudita para hacerle entender que quiero darle la mano cuando caiga; quiero secar sus lágrimas cuando llore; quiero cuidar sus sueños mientras duerma y el día que necesite ser escuchada por alguien, estar a su disposición. Sólo quiero que sepa que puede contar conmigo y que me perdone por escribir esto, pero yo la amo. Gracias, espero tu respuesta. Atentamente, Carlos Iván. Saca tiempo
Hola, Carlos Iván, me alegra mucho que me hayas escrito y que opines que mi columna es interesante. Me pediste un consejo y te lo daré. Lo primero que deseo decirte es que si amas a alguna de mis compañeras de trabajo, te felicito, es lo mejor que te ha podido suceder, pues estoy rodeada de chicas muy sensatas, inteligentes y con deseos de superación.
Carlos Iván, si amas a esa chica, lucha por ella. Tal vez deberías actuar con hechos y no con palabras, sólo así descubrirá que es serio lo que dices y sientes. Saca tiempo y lánzate a la conquista, llénala de hermosos detalles y sorpresas curiosas, verás que lograrás llegar a su corazón. ¡Suerte!
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