DIAaDIA
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Gritos de impotencia, dolor y hasta desmayos vivieron el miércoles, en horas de la noche, en el cementerio de Antón, los familiares de los dos jóvenes pescadores que fueron encontrados muertos y que sepultaron en la noche por el estado de descomposición en que se encontraban y que se sentía en el ambiente.
Gritos de impotencia, dolor y hasta desmayos vivieron el miércoles, en horas de la noche, en el cementerio de Antón, los familiares de los dos jóvenes pescadores que fueron encontrados muertos y que sepultaron en la noche por el estado de descomposición en que se encontraban y que se sentía en el ambiente.
Gritos de impotencia, dolor y hasta desmayos vivieron el miércoles, en horas de la noche, en el cementerio de Antón, los familiares de los dos jóvenes pescadores que fueron encontrados muertos y que sepultaron en la noche por el estado de descomposición en que se encontraban y que se sentía en el ambiente.
Gritos de impotencia, dolor y hasta desmayos vivieron el miércoles, en horas de la noche, en el cementerio de Antón, los familiares de los dos jóvenes pescadores que fueron encontrados muertos y que sepultaron en la noche por el estado de descomposición en que se encontraban y que se sentía en el ambiente.
Desde horas de la tarde, todos esperaban los cuerpos sin vida de Rigoberto y Nelson De La Cruz, dos hermanos de la comunidad de Los Pantanos de Antón, quienes salieron a la playa Los Azules el viernes 15 a pescar y nunca regresaron. Sus cuerpos fueron encontrados en estado de descomposición en las playas de Azuero.
Desde horas de la tarde, todos esperaban los cuerpos sin vida de Rigoberto y Nelson De La Cruz, dos hermanos de la comunidad de Los Pantanos de Antón, quienes salieron a la playa Los Azules el viernes 15 a pescar y nunca regresaron. Sus cuerpos fueron encontrados en estado de descomposición en las playas de Azuero.
Desde horas de la tarde, todos esperaban los cuerpos sin vida de Rigoberto y Nelson De La Cruz, dos hermanos de la comunidad de Los Pantanos de Antón, quienes salieron a la playa Los Azules el viernes 15 a pescar y nunca regresaron. Sus cuerpos fueron encontrados en estado de descomposición en las playas de Azuero.
Desde horas de la tarde, todos esperaban los cuerpos sin vida de Rigoberto y Nelson De La Cruz, dos hermanos de la comunidad de Los Pantanos de Antón, quienes salieron a la playa Los Azules el viernes 15 a pescar y nunca regresaron. Sus cuerpos fueron encontrados en estado de descomposición en las playas de Azuero.
Los entierros en horas de la noche en Antón, ni en ninguna comunidad de Coclé son usuales; sin embargo, se hizo esta vez una excepción, ya que los cuerpos no aguantaban más. El olor a muerte se sintió una vez llegaron los dos cuerpos en sus ataúdes en un pick up. Detrás del vehículo iba la turba de gente, entre ella los familiares desesperados llorando y gritando para que les dejaran ver por última vez a los jovencitos pescadores.
Los entierros en horas de la noche en Antón, ni en ninguna comunidad de Coclé son usuales; sin embargo, se hizo esta vez una excepción, ya que los cuerpos no aguantaban más. El olor a muerte se sintió una vez llegaron los dos cuerpos en sus ataúdes en un pick up. Detrás del vehículo iba la turba de gente, entre ella los familiares desesperados llorando y gritando para que les dejaran ver por última vez a los jovencitos pescadores.
Los entierros en horas de la noche en Antón, ni en ninguna comunidad de Coclé son usuales; sin embargo, se hizo esta vez una excepción, ya que los cuerpos no aguantaban más. El olor a muerte se sintió una vez llegaron los dos cuerpos en sus ataúdes en un pick up. Detrás del vehículo iba la turba de gente, entre ella los familiares desesperados llorando y gritando para que les dejaran ver por última vez a los jovencitos pescadores.
Los entierros en horas de la noche en Antón, ni en ninguna comunidad de Coclé son usuales; sin embargo, se hizo esta vez una excepción, ya que los cuerpos no aguantaban más. El olor a muerte se sintió una vez llegaron los dos cuerpos en sus ataúdes en un pick up. Detrás del vehículo iba la turba de gente, entre ella los familiares desesperados llorando y gritando para que les dejaran ver por última vez a los jovencitos pescadores.
El estado de los cuerpos en descomposición no permitió que el sacerdote de Antón, Pedro Marín, oficiara una misa de cuerpo presente, por lo que una vez los cuerpos llegaron al cementerio expresó un acto simbólico, en el que le impartió la bendición a los muchachos.
El estado de los cuerpos en descomposición no permitió que el sacerdote de Antón, Pedro Marín, oficiara una misa de cuerpo presente, por lo que una vez los cuerpos llegaron al cementerio expresó un acto simbólico, en el que le impartió la bendición a los muchachos.
El estado de los cuerpos en descomposición no permitió que el sacerdote de Antón, Pedro Marín, oficiara una misa de cuerpo presente, por lo que una vez los cuerpos llegaron al cementerio expresó un acto simbólico, en el que le impartió la bendición a los muchachos.
El estado de los cuerpos en descomposición no permitió que el sacerdote de Antón, Pedro Marín, oficiara una misa de cuerpo presente, por lo que una vez los cuerpos llegaron al cementerio expresó un acto simbólico, en el que le impartió la bendición a los muchachos.
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