Tu lenguaje

Redacción | DIAaDIA

Un hombre susurró: Dios, habla conmigo.

Y un Ruiseñor comenzó a cantar, pero el hombre no oyó.

El hombre repitió: Dios, habla conmigo, y el eco de un Trueno se oyó, mas el hombre fue incapaz de oír.

El hombre miró alrededor y dijo: Dios, déjame verte.

Una Estrella brilló en el cielo, pero el hombre no la vio.

El hombre comenzó a gritar: Dios, muéstrame un milagro.

Un Niño nació, mas el hombre no sintió el latir de la vida.

El hombre comenzó a llorar y a desesperarse: Dios, tócame y déjame saber que estás aquí conmigo...

Y una Mariposa se posó suavemente en su hombro. El hombre espantó la mariposa con la mano y desilusionado continuó su camino, triste, solo y con miedo.

Tu lenguaje, Señor, es muy sencillo, mas no así el de tus discípulos que hablan en tu nombre.

Yo comprendo la voz de tus alas y el silencio de tus árboles.

Comprendo la escritura de tus estrellas con que nos explicas el cielo.

Comprendo la líquida redacción de tus ríos y el idioma soñador del humo, en donde se evaporan los sueños de los hombres.

Yo entiendo, Señor, tu mundo, que la luz nos describe cada día con su tenue voz.

Y beso en la luz la orilla de tu manto. El viento pasa enumerando tus flores y tus piedras.

Y yo, de rodillas, te toco en la piedra y en la flor. A veces, pego mi oído al corazón de la noche para oír el eco de tu corazón.

Tu lenguaje es sencillo y yo te comprendo, Señor.

Ciudad de Panamá 
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