Brillan por su ausencia. La ineficiente vigilancia policial en la barriada 9 de Enero mantiene en un hilo a los residentes de este pintoresco lugar. Una garita de seguridad donde no han quedado ni los vidrios de las ventanas, es lo único que asegura que "una vez" estuvieron aquí. "En las noches no podemos salir ni a la tienda por miedo a que nos asalten", manifestó una abuela que diariamente teme por sus nietas, que regresan de la Universidad a altas horas de la noche.
ESO NO ES TODO
Aunque no es su principal problema, la escasez de agua también afecta a los humildes moradores de este sector, quienes deben esperar hasta las 9:00 de la noche para recoger el vital líquido, que no llega (y con algo de suerte) sino hasta las 12 del mediodía.
"Depende del sector donde esté ubicada la casa. Aquí no tenemos desde hace una semana, mi hijo tiene que traerla desde otra calle casi todos los días", indicó inconforme Carlos Aparicio. A pesar de que los camiones recolectores de basura visitan regularmente el área, la falta de cuidado al depositar la basura en los tinacos caracteriza a las personas de este barrio. Bolsas al lado de depósitos vacíos se ven por todos lados, las mismas que después los perros rompen para encontrar qué comer. Una pequeña quebrada al lado de la cancha es mudo testigo de la indiscriminada acción de estas personas que no respetan las medidas del Municipio que pena con multas esta acción.
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