Una de las instituciones más importantes y polémicas del país, es la Policía Nacional.
Los recientes casos de actos ilícitos en los que se han visto involucrados miembros de esta institución, la han puesto en la mira de la población panameña, cuya opinión ha sido de censura y condena contra ella.
Sumado a ello, muchas veces, en el cumplimiento del deber, policías y periodistas han coincidido en situaciones de importancia para la ciudadanía. En algunos casos, se dan abusos e imprudencias por parte de ambos profesionales, lo que ocasiona conflictos y fricciones, que distorsionan aún más el objetivo de esta institución de seguridad.
En contraste con los sucesos ocurridos durante esta semana y en el marco de considerar a los periodistas como formadores de la opinión pública, un grupo de profesionales de la pluma y policías convivieron durante cinco días, en el Centro de Capacitación y Especialización Policial, ubicado en Howard.
A este curso se le denominó "Corresponsales en zonas de conflicto", y su objetivo principal era que los periodistas aprendieran procedimientos y técnicas que protejan su vida y ayuden en su labor durante el proceso de recopilación de información, sin obstruir la labor policial.
LOS "CHAVAS"
Una de las clases más productivas fue la dictada por los "Fronterizos", grupo que se encarga de la seguridad en las fronteras.
En la parte teórica, el ejemplo más vivo fue el de Darién, cuyas áreas limítrofes con Colombia se han convertido en las zonas de mayor conflicto de Panamá, debido a la presencia de los paramilitares y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), grupos que han llevado el terror a cientos de familias darienitas. Las violentas incursiones de estos grupos a Panamá, en busca de comida y otros enseres, son un problema de tiempo.
Ante tal situación, se creó el grupo de los "Fronterizos", cuyos miembros son conocidos entre los indígenas de esta región como "Chavas", que significa amigo en lengua Ngöbe Buglé, por su labor protectora.
Sin embargo, aun cuando a simple vista parezcan simples seres humanos amigables, estos hombres llevan años de sacrificio y entrenamiento. Un sólo día fue suficiente, para quitarle a los periodistas las energías de toda la semana.
BIEN SEGUROS Y SECOS
Comenzamos con lo básico, pero no menos importante: la clase de nudos. Aprendimos las distintas clases de amarres, que pueden ser utilizados para rescates, rapel o deslizamientos de lugares altos y construcción de refugios y puentes, entre otras funciones. Seguido, nos enseñaron a impermeabilizar el equipaje, utilizando un cartucho negro.
El proceso consiste en que luego de doblar la ropa, eso sí, tratando que quedara lo más compacta posible, sacamos el aire que estaba dentro del cartucho con la boca. Luego de ello, hay que dar varias vueltas sin anudar y volver a forrar el resto del cartucho con el sobrante de la boca. De nuevo se procede a sacar el aire, se dan varias vueltas y, finalmente, se anuda.
LA LLEGADA Y HUIDA
El embarque y desembarque del camión de cinco toneladas, también es fundamental al momento de presentarse alguna situación de emergencia. Se debe procurar subir rápidamente y ayudar al compañero a ascender, pues los segundos son cruciales. Igualmente, al bajar, tratando de caer de tal forma que no ocasione lesiones.
"PECHO A TIERRA"
El fuego cruzado llegó, y los periodistas nos tuvimos que arrastrar lo más al ras del piso que pudimos, todo por nuestra seguridad. Además de las técnicas de arrastre adecuadas (de espalda, arrastre alto y bajo), los instructores hablaron de los distintos tipos de trampas utilizadas y sus peligros. Entre estas trampas se encuentran los "cazabobos" o dispositivos de identificación, que son utilizados para detectar al enemigo, aun cuando éste se esté arrastrando. La posición y altura de manos y pies, además de la velocidad con la que te desplaces, pueden ser la diferencia entre la vida y la muerte.
AYUDA UNOS A OTROS
Las técnicas de rescate de heridos, son algo que todo ciudadano debe conocer. A través de sencillas herramientas, cualquiera puede salvar la vida de otro ser humano. Una manta y dos varillas sirven, perfectamente, como camilla para el transporte de un herido. Si la persona se encuentra consciente y alguna de sus extremidades sirve, el rescate puede ser más sencillo.
PERIODISTAS ARMADOS
Más que por el peso físico, portar un arma pesa por la responsabilidad que conlleva cargar este artículo de vida o muerte. Fuerza, coordinación, mesura y control son cuatro cualidades que se deben tener, no para ser policía, sino para utilizar un arma. Libras de puro hierro, madera y aluminio, no son fáciles de tener, menos cuando la adrenalina está al máximo. El control de las emociones es esencial.
Cada uno de los periodistas que participó, con mucho temor y luego de claras instrucciones y advertencias, tuvo la oportunidad de conocer de cerca una AK-47 y un revólver 9mm, y muchos prefieren quedarse con su grabadora en la mano.
Una noche, en medio del bosque, mientras los periodistas acampaban, las ráfagas de metrallas y los gases tóxicos cortaron violentamente la calma de una noche estrellada. Indefensos, lo único que les quedó por hacer fue tirarse al piso y esperar que el ataque pasara. Las lágrimas y el nerviosismo brotaron, pero todo era un simulacro. A salvo, fueron a sus dormitorios, no sin dejar de pensar qué hubieran hecho si todo hubiese sido real.
Aun cuando las instrucciones estuvieron a cargo de los policías, éstos también aprendieron a valorar un poco más nuestra labor.
Las unidades especializadas, a diario, deben cargar con libras de equipo de protección y armas.
Actualmente, se desarrolla un sistema educativo, donde cerca de 5 mil unidades policiales se encuentran cursando estudios superiores y maestrías. En la CECAPOL, se entrenan unidades del Servicio Marítimo Nacional y Policías Municipales.
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