Valora la vida. La mirada de Esthefany González, de ocho años, refleja la tristeza en su alma; sin embargo, su actitud es de una persona luchadora que a pesar de tener serias quemaduras en el cuerpo no se desanima.

Inocentemente cuenta lo que le sucedió hace tres años, exactamente un 17 de diciembre del 2006, en Arenas de Quebro, en Mariato, provincia de Veraguas.

"Yo estaba jugando con unos perritos y mi mamá estaba en la casa que iba a hacer el cumpleaños de mi hermanito, cuando alzó la carpeta había hormigas y le echó kerosene, prendió un fosforito, pero no prendió. Ella se fue a buscar gasolina y no se dio cuenta de que el fosforito sí quedó prendido y nosotros veníamos atrás, cuando ella jaló la carpeta me cayó a mí", narró.

De sólo recordar lo sucedido, su madre Edilma Reyna rompió en llanto. Ella recuerda que lo primero que hizo fue meter tres veces a la niña en un tanque con agua. Ver cómo la piel se le caía le destrozó el corazón.

Esthefany ha sido operada incluso en Estados Unidos, le han realizado injertos de piel, y aunque ahora vive junto a su familia en Salamanca, provincia de Colón, su madre admitió que por problemas económicos no ha podido seguir llevándola al hospital y a recibir terapias.

Ella necesita una operación en la que le introduzcan unos expansores que le ayuden a que la piel se le estire en esta etapa de crecimiento. Cada uno cuesta alrededor de 600 dólares.

"Quisiera que me sanen esto, esto y esto", dijo la pequeña, señalando las cicatrices que le cubren gran parte de su cuerpecito. "Ella necesita cirugías, le pido a la Primera Dama que me ayude", dijo entre llantos Edilma, quien no ha claudicado en llevar a la niña a la escuela. Esta pequeña cursa tercer grado.

AYUDA

El padre de Esthefany falleció cuando ella era muy chiquita. La niña tiene quemaduras de segundo y tercer grado.