Dice un dicho popular que "Hombre precavido vale por dos". Carlos Moya, instalado en las semifinales del torneo de Montecarlo tras derrotar al ruso Nicolay Davydenko, prefiere ser cauto y apartar la euforia en vísperas del duelo contra el alemán Rainer Schuettler, penúltimo escollo para lograr su tercer título de la temporada.
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