Después de terminar de vender sus frituras y batidos, la panameña Janeth Grant y el colombiano William Quiñones fueron a su casa, ubicada en el sector 20 de Burunga, donde vivían junto a sus 6 hijos. Eran más de la 1: 00 a.m. Una hora y media después, despertaron bañados en sangre.
Dos sujetos, uno de ellos vestido con suéter amarillo y pantalón negro, lograron entrar a la casa con una simple patada en la puerta. Iban por su "mercancía", según le dijeron a William, a quien amarraron con unos zunchos y amordazaron. Lo mismo hicieron con Janeth y una de sus hijas, quien se despertó.
Mientras amarraba a la niña de once años, uno de los sujetos le decía: "ni a ti ni a tu mamá les vamos a hacer nada, porque son unos angelitos de Dios, igual que nosotros". Sin embargo, la pequeña vio con horror cómo los sujetos sacaban un puñal y atacaban de forma salvaje a su mamá y a su padrastro, para luego huir en un vehículo blanco que los esperaba en una esquina.
Janeth tenía una profunda puñalada detrás de una de sus orejas, mientras que William casi muere desangrado, luego de que le cortaran la yugular. Después de que los sujetos se fueron, Janeth logró zafarse y pedir auxilio en la casa de un tío, que la llevó junto a su esposo a la Policlínica J.J. Vallarino, donde luego los trasladaron a urgencias del Hospital Santo Tomás.
A SALVO
Los niños quedaron a cargo de la esposa de su tío, pero la menor que presenció el incidente tuvo que ser llevada para recibir tratamiento psicológico, pues quedó afectada emocionalmente.
ANTECEDENTES
Informes de la Policía Nacional revelan que hace un año esa casa había sido allanada, ante denuncias de la comunidad de que en ella había movimientos de droga.
SOLO ATACARON
Aunque decían querer "su mercancía", en ningún momento se dieron a la tarea de buscarla dentro de la casa.
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