Son obras con muchos mensajes. (Foto: Omar Batista / EPASA)
Didier Hernán Gil
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Ellos son más que números e informes. Son ciudadanos con un lado humano que muchas veces pasan inadvertidos ante un conflicto del que son parte. Se trata de los migrantes y refugiados en las diferentes fronteras de Centroamérica y el Caribe.
Una de las formas para sensibilizarse con estos individuos fue la que utilizó el Servicio Jesuita a Refugiados de América Latina y el Caribe (JSR-LAC). Ellos incentivaron a los estudiantes para que expresaran, a través del dibujo, ensayos, la pintura y el canto, las vivencias que atraviesan los refugiados. Por Panamá participó el Instituto Profesional y Técnico San Ignacio de Loyola y la escuela Fe y Alegría de Curundú. Además, hubo la participación de planteles de Venezuela y Ecuador.
Entre las muestras de arte infantil que fueron denominadas "Grandes Miradas a Refugiados y Migrantes en Venezuela, Ecuador y Panamá", hubo representaciones donde ningún ser humano es ilegal.