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HEURÍSTICO
¿Dónde estás querida esperanza? (II parte)

David Robinson | DIAaDIA

La esperanza realista, la que es fruto de la responsabilidad, nace del convencimiento de que los padrinos mágicos no existen y que eso nos obliga, a ti y a mí, a trabajar, a exigir y a buscarnos problemas con todos aquellos que nos siembrar en nuestras almas la semilla del pánico.

Ya te lo dije, eso implica incomodar e incomodarse, y eso vale la pena. Vale la pena incomodarse por la niñez y la juventud de este país. Si la mitad de la mala fama que le han dado los medios de comunicación a los jóvenes fuese cierta, ya habrían dado un golpe de Estado, porque permíteme recordarte que la seguridad de este país no es muy buena que digamos.

Vale la pena buscarse problemas por las mujeres. Haz la prueba, convoca a una reunión en tu barrio para remediar cualquier problema y la mayoría de las asistentes serán ellas. ¿Acaso les sobra el tiempo? No. Si son amas de casa, los platos nunca dejan de ensuciarse y si son trabajadoras tienen que cumplir las mismas horas de trabajo del hombre que no va a la reunión a la que se le convoca.

Vale la pena buscarse problemas por los padrastros. La disfuncionalidad de las parejas alcanza cifras espantosas y un alto porcentaje de nuestra población termina siendo criada por padrastros y madrastras. Si no cumpliesen con su papel de atender niños y niñas que no son de su sangre, la familia panameña ya hubiese desaparecido. O por lo menos los manicomios estuviesen más llenos.

Y lo más importante, vale la pena buscarse problemas por ti. Tu corazón se merece algo más que el miedo, tu alma merece rebozar de esperanza. Tu rostro merece despertar cada mañana con ganas de sonreír y tus pies con ganas de bailar. Así lo creo. Y porque lo creo te ofrezco disculpas por la pereza de la poetada panameña. Perdónanos a nosotros los poetas panameños por estar, a veces, más interesados en vernos el ombligo que en prestar atención a tu cara ajada por una mueca de dolor. Por eso, termino invitándote a que te atrevas a dejar atrás los días de la lástima. ¡No pidas más limosnas! ¡Deja de creer ilusamente que será un cacique o una hechicera quien remediará tus problemas! Ya es tiempo que siembres en tu vida personal, en tu familia y en cada vereda que recorras de esta patria, semillas de esperanza realista; recuerda, esperanza realista es aquella que nace de tu responsabilidad.





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