"Después del gusto, viene el disgusto", refrán que le va muy bien al fracasado matrimonio de Gabriela Bo y Cristian Castro. Imagínense que la paraguaya reveló a un diario argentino que recibe mensajes telefónicos de Castro, no precisamente para la reconciliación, sino para exigirle que deje de estar hablando sus intimidades; pero la Bo afirmó que se defenderá como una leona para limpiar su nombre.