Paradójicamente lo que es tristeza para unos, puede ser la felicidad para otros. El cuerpo de una de las 19 vacas que murieron se convirtió en alimento para decenas moradores de Antón.

Aunque asombrados, ellos se las imaginaban en sus platos, quizá convertidas en sabrosos filetes.

Estos animales iban para un matadero de Santiago, donde serían sacrificadas, cuando el conductor del camión que las trasladaba perdió el control.

El accidente se registró en la curva del mercado de artesanías en El Platanal de Antón, la noche del miércoles.

Darío Araúz, de 53 años y conductor del camión del supermercado el Rey que llevaba las reses, fue sorprendido por una curva.

Pese a que una vaca fue regalada a la comunidad, esperaban ansiosos que los hombres que cuidaban el resto de la reses muertas se descuidaran para llevárselas.

Araúz sufrió heridas de consideración y fue trasladado al hospital Aquilino Tejeira de Penonomé.

COINCIDENCIA

El martes, los residentes de Arraiján aprovecharon que un camión se volcó con 500 quintales de arroz en cáscara.