Quién te dijo que el camino iba a ser fácil, que ibas a llegar a la meta sin tropiezos, que todo sería color de rosa, que no habría lágrimas ni momentos tristes.
La pelea es peleando, llenándote de valor y enfrentando los imposibles con la espada de la fe y armado de la coraza de justicia.
Nada ganas con sentarte en la esquina del camino a lamentarte y llorar, aunque las lágrimas a veces son inevitables, igual los momentos difíciles y días de angustia.
Sin embargo, todo tiene su tiempo y hoy Dios te dice; "El tiempo de llorar ha pasado, ahora el es el momento de reír y cantar".
Dios camina a tu lado y con Él todo es posible, puedes escalar la montaña más alta, atravesar el gigantesco océano y conquistar el inmenso universo, ¡el cielo es el límite para tu victoria!
Recuerda que en medio de las poderosas batallas de la vida que tratan de desestabilizarte y desanimarse hay una poderosa verdad "La batalla no es tuya, esa batalla es de Dios".
Dios trae a tu corazón en este día el pensamiento, que no importa la situación de angustia o turbación que hoy enfrentes, Él camina contigo y pelea por ti, "no es tuya la batalla", la victoria es segura.
Dios no te dejará morir en el desierto, Él quiere llevarte a un lugar de reposo, a un lugar de fe inconmovible y confianza en Él, para ayudarte en este tiempo de dificultad.
El Todopoderoso te dice en esta hora: "esa batalla es mía", "Yo luchare por ti", no temas ni desmayes.