Una vida de trabajos y sacrificios. Los esposos Antonio y Jacinta de Hernández han sido campesinos toda su vida. Ellos criaron a sus 13 hijos con lo que sembraban en el monte.

"Mi esposo y yo trabajábamos fuerte todos los días. Desde temprano nos íbamos para el monte y hasta cocinábamos para todos, porque en la tarde cuando los niños llegaban de la escuela también se iban al monte y nos ayudaban. Luego al anochecer todos regresábamos juntos para la casa", dijo Jacinta.

Ahora estos esposos viven sólos, porque todos los hijos se han casado. Pero siempre reciben el apoyo de sus vástagos, quienes ahora le construyen la casa de bloque. Ellos esperan ver algún día la comunidad con luz, agua potable y una buena carretera.