Tomaron la justicia por sus manos. Unas cien personas buscaron al agresor y lo sacaron de su casa a punta de palos, puñetazos y pedradas. Cuando los policías llegaron, este sujeto estaba todo ensangrentado, en el piso. ¿Por qué tanta violencia? Sucede que esa fue la reacción que tuvieron los residentes de la comunidad El Peregrino, en Cativá, Colón, luego de que se descubriera que este abusó sexualmente de una menor de 11 años.

Este delito contra el pudor y la libertad sexual, mejor conocido como violación carnal y maltrato psicológico, se cometió frente a la mirada de su madre, quien admitió que guardó silencio, supuestamente, por temor a las amenazas de su pareja.

La menor pidió ayuda a algunos de los vecinos, quienes se llenaron de valor y acompañaron a la niña, junto a su madre, a las instalaciones de la Dirección de Investigación Judicial para interponer la denuncia.

La afectada reveló que esto sucedía desde que tenía ocho años y residían en Nuevo Méjico, corregimiento de Sabanitas.

Añadió que esto se daba cuando el agresor tomaba bebidas alcohólicas y en compañía de otro amigo abusaban de ella.

Una vez la madre puso la denuncia, le avisó al agresor que lo andaban buscando las autoridades, pero cuando llegó en horas de la noche, los vecinos lo atrincheraron.