Antes, en la campiña, se realizaba un juego llamado "chinguia de naranjas", que consistía en venderle las naranjas a los vecinos y luego se hacía la "chinguia", es decir, se apostaban las naranjas, como si se jugara baraja. Las naranjas representaban el dinero.
Todo esto era con el objetivo de poder vender las naranjas, para obtener dinero para las necesidades de la casa. Al mismo tiempo, se divertían.
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