De mi parte, hay confianza de que este equipo regresará con una medalla.

Ayer, partió hacia Venezuela una selección mayor de béisbol que, a pesar de que no tuvo el tiempo suficiente para entrenar, viaja con los ojos puestos en una medalla.

Los nacionales tuvieron una semana de entrenamientos, pero están optimista con el trabajo hecho en esos días.

Los entrenadores cubanos han hecho énfasis en que el combinado nacional llegue con buenas condiciones físicas a una competencia donde todos quieren ganar.

En la terminal aérea de Tocumen, tuve el tiempo de conversar con varios peloteros y todos concluyeron en que el equipo se encuentra bien unido a pesar del poco tiempo de entrenamiento, y que hay buen material humano para hacer un buen papel. Más que un equipo, viaja un grupo de amigos. Eso fue lo que se vio en esa partida, donde varios jugadores tuvieron la presencia de muchos familiares y amigos que fueron a despedirlos y a desearles suerte.

Definitivamente en Panamá se nace con el béisbol en la sangre.