En busca de mejores días. Desde hace cinco años, José Marín dejó la comodidad de su hogar en el Coco de Atalaya, Veraguas, para trabajar en Herrera y las comunidades aledañas, porque en su pueblo eran pocas o casi nada las oportunidades de trabajar.

Él se instaló en Monagrillo donde se gana la vida como revendedor de helado de pipa en ferias y otras actividades recreativas que se desarrollan en la región de Azuero.

Los días en que no practica este negocio, él se dedica a realizar trabajos como cortar césped con su vieja güira, el dinero que recoge lo utiliza para pagar alquiler, llevarle dinero a su esposa para los gastos de la casa y la escuela de sus dos hijas. Lo que queda lo utiliza para subsistir.

POCA GANANCIA

En la capital muchas personas se lamentan, porque el dinero no alcanza para mucho, pero en el interior la realidad es otra, porque un jornalero debe trabajar hasta 16 horas para ganarse solamente ocho dólares como es el caso del señor José.

"En ocasiones tengo que trabajar hasta 16 horas para ganarme B/.8.00. diarias, ya que soy revendedor, hay días que solo saco hasta B/.4.00.", lo cual agradezco a Dios, porque por lo menos sacó algo para comer ese día". Recordó él con una voz temblorosa por poner en perspectiva su humilde situación.

SUS SUEñOS

Como todos, él también tiene solo dos anhelos construir su casita de bloque, porque en la que actualmente viven está forrada de zinc, aunque ya él ingreso los papeles al Ministerio de Vivienda en Herrera para que le ayuden con la construcción de una vivienda digna.

La espera ha sido mucha. El otro sueño es que sus hijas sean todas unas profesionales para que puedan enfrentarse a la vida con mejores herramientas de las que él no logro conseguir.

Aunque para José es difícil dejar cada domingo a su familia, él se va con la esperanza de que cada viernes regresa con un poco de lo trabajado para apoyarlas.

AYUDA

José sólo pide una güira nueva para garantizar que todos los días tendrá la oportunidad de trabajar.