A muchos trabajadores de la Universidad de Panamá, hay que inyectarles una dosis de buenos modales. Tal es el caso de las encargadas de atender en la Escuela de Periodismo, y es que para que respondan a una pregunta prácticamente se les debe sacar la palabra de la boca. ¡Qué feo!
Pero si de mal trato hablamos, el premio se lo llevan algunas (por que siempre hay excepciones) dependientes del Centro alimenticio de la Facultad de Humanidades, ya que groseramente te preguntan qué vas a pedir, y como si fuera poco, sirven la comida como si estuvieran arrojando basura en un tanque. No saben nada de buena atención al usuario, sino todo lo contrario.