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Los 100 años de "Deme"
Aunque hubo momentos difíciles, logró salir adelante con el apoyo de su familia. (Eric Montenegro / EPASA)

Eric Montenegro | P.Oeste, DIAaDIA

Con una mente lucida que le permite recordar con exactitud fechas y nombres, además de su amor por el tamborito, su baile preferido, Edelmira Robles Navarro "Deme", como cariñosamente es llamada por su familia, alcanza hoy la edad de 100 años. Ella es la única sobreviviente de tres hermanos.

Sentada en un cómodo sillón en el portal de su casa en la barriada Lomas de Mastranto, en La Chorrera, "Deme" comienza a recordar que fue en el pueblito de Santa María, en la Provincia de Herrera, en el año 1910, donde nació y se crió.

Para ese tiempo no se podía ir a la escuela todos los días, ya que había que trabajar en el campo con los padres, asegura ella.

UNA LUCHADORA

Con voz firme, cuenta que luego de que su única hija naciera se vio obligada a abandonar a su esposo y trabajar muy duro para que ella pudiera educarse.

Afortunadamente, logró conseguir trabajo en la lavandería la Escuela de Artes Mecánicas, ubicada en Divisa, gracias al apoyo del entonces presidente de la República, Enrique Jiménez, y como cocinera en el Instituto Nacional de Agricultura.

Edelmira nos contó una anécdota, la ocasión en que el ex presidente Arnulfo Arias Madrid visitó el pueblo de Santa María y su madre bailó con él. En su memoria también está que los días sábados, cuando había tamborito en el pueblo, ella acudía a bailar.

TIEMPO LIBRE

A sus 100 años, Edelmira ocupa el día entre el descanso y pequeñas tareas, y disfrutaba cocinar, pero ahora la familia no se lo permite por el peligro que ello representa y porque como ella misma afirma sus piernas no tienen el mismo vigor de antes, por lo que necesita apoyarse en un bastón.

Quien también está feliz a sus 75 años es Gloria Robles de Gaitán, hija de Edelmira, dice que "siempre han estado juntas" y que su madre se sacrificó para que pudiera estudiar.

Una etapa triste en la vida de Gloria Robles fue cuando fue nombrada como educadora en la provincia de Chiriquí y solo podía regresar al pueblo de Santa María los fines de semana para estar con su madre y el resto de la familia.

"Gracias a Dios, mi madre siempre se ha conservado sana, creo que el secreto de sus 100 años ha sido la buena alimentación", concluyó.





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