Delicada labor


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Ambas mujeres casi cargaron al herido, con tal de que no muriera.

Foto: ALEXANDER SANTAMAR?

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    Ambas mujeres casi cargaron al herido, con tal de que no muriera.

    Foto: ALEXANDER SANTAMAR?

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    Ambas mujeres casi cargaron al herido, con tal de que no muriera.

    Foto: ALEXANDER SANTAMARÍA

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    Ambas mujeres casi cargaron al herido, con tal de que no muriera.

    Foto: ALEXANDER SANTAMARÍA

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    Ambas mujeres casi cargaron al herido, con tal de que no muriera.

    Foto: ALEXANDER SANTAMARÍA

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    Ambas mujeres casi cargaron al herido, con tal de que no muriera.

    Foto: ALEXANDER SANTAMARÍA

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Carolina Sánchez P. - DIAaDIA

Hicieron honor a su lema de “Proteger y Servir”. Admiradas quedaron las personas que estaban la noche del miércoles en los predios de la sala de urgencias del hospital Santo Tomás, cuando dos mujeres de la Policía Nacional ayudaron a bajar de un patrulla del municipio a Gil Rolando Córdoba, de 53 años, quien mantenía el puñal incrustado en el cuello.

Las mujeres, sin el mínimo asco, porque el hombre estaba ensangrentado, lo cargaron bajándolo del vagón del patrulla hasta que se pusiera de pie y poco a poco lo llevaron hasta una camilla.

Sus verdes uniformes de fatiga quedaron manchados de sangre, al igual que las manos. Ellas ni siquiera repararon en que con la acción pudieran contraer una infección.

Córdoba fue herido en una riña a eso de las 10:30 p.m. en Calle M, en San Miguel, cerca a la multi dos, cuando era perseguido por otro hombre, quien lo alcanzó cortándolo en el cuello. El herido fue ingresado al salón de operaciones y ya está fuera de peligro.

 
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