La realidad es cruda, pero cierta. Los adultos mayores pasan los mejores años velando por su familia y, al final del camino, se encuentran acompañados por la soledad.
Como otros, así vive el señor Antonio Ríos Lasso, de 78 años, quien hoy, un poco repuesto y más gordito, comenta que "en malas compañías, mejor estar solo". Y es que el abandono lo obligó a comer de los basureros y, por la soledad, padece de un problema nervioso.
Pese a los momentos tristes que ha vivido, Antonio comentó: "Nunca estoy triste, Jesucristo nunca estuvo triste y siempre le dio aliento y amor a los demás".
Dayanara Batista, trabajadora social de la Junta Comunal de Santa Ana, explicó que lograron que un sobrino administrara su jubilación para que lo atendiera, aunque no vive con él, puesto que lo encontraron desnutrido y comiendo de un cesto de basura.
Por su parte, Amílcar Mena, trabajador social de la Dirección Nacional de Adultos Mayores del MIDES, explicó que la soledad afecta emocionalmente a los gerontes, por eso se recomienda que estén con sus familiares.
Dijo que es común que los familiares no se pongan de acuerdo de quién debe asumir las responsabilidades en cuanto a la atención.
En Panamá, hay 244 mil 592 adultos mayores.
AYUDA
Para los gerontes, hay una línea de auxilio: 279-1526. De sept. de 2004 a oct. de 2005, atendieron 600 situaciones de riesgo.
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