U n joven muchacho estaba a punto de graduarse de preparatoria. Hacía muchos meses que admiraba un hermoso auto deportivo en una agencia de autos, sabiendo que su padre podría comprárselo. Le dijo que ese auto era todo lo que quería.
Así como se acercaba el día de graduación, el joven esperaba por ver alguna señal de que su padre hubiese comprado el auto.
La mañana de su graduación, su padre le dijo lo orgulloso que se sentía de tener un hijo tan bueno y lo mucho que lo amaba.
El padre tenía en sus manos una hermosa caja de regalo. De algún modo decepcionado, la abrió y lo que encontró fue una hermosa Biblia de cubiertas de piel y con su nombre escrito con letras de oro.
Enojado le gritó a su padre diciendo: "¿con todo el dinero que tienes, y lo único que me das es esta Biblia?" y salió de la casa.
Pasaron muchos años y el joven se convirtió en un exitoso hombre de negocios.
No lo había vuelto a ver desde el día de su graduación. Cuando pensó hacerlo recibió un telegrama donde decía que su padre había muerto. Cuando llegó a la casa de su padre, empezó a ver todos los documentos importantes que su padre tenía y encontró la Biblia que en aquella ocasión su padre le había dado. Hojeó sus páginas. Su padre cuidadosamente había subrayado en Mateo 7: 11 "Y si vosotros siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, cuanto más nuestro Padre Celestial dará a sus hijos aquello que le pidan?
Mientras leía, unas llaves de auto cayeron de la Biblia. Había una tarjeta con la fecha del día de su graduación y las palabras: Totalmente pagado.