"Sí tengo chicharrones, sí", este es el pregón que utiliza Abraham Pinto para comercializar su producto.

Él, en realidad, se llama Abraham Pimentel Campo, pero todos en el pueblo de Las Minas en Herrera lo conocen por el primer nombre.

Hace años se dedica a la venta de chicharrones y es que inició en los años 80. Sin embargo, en 1993 sufrió un accidente y tuvo que dejar el negocio por casi tres años, pero tan pronto se recuperó lo retomó.

"El Poste", como también le dicen, vende tanto en Las Minas como en Chitré. "Donde esté yo hago eso, porque es mi trabajo", sentenció.

Abraham no tiene hijos propios, pero su esposa sí y con el negocio ha llevado a la familia adelante. "Para mí ha sido un negocio rentable, porque siempre busco la manera de comprarme un puerco allá en el campo para matarlo y de allí coger las lonjas y hacer mi fritanga".

Los chicharrones van acompañados con tortillas, yucas, plátano o guineo chino, que van en paquetes de 25, 50 centésimos y de un dólar, depende de la economía del cliente, porque hay gente que dice que sólo puede comprar un "cuarita". "Esas son gente que sólo compran para ellos y no le llevan a la familia, hay otros que sí y compran más", explicó Abraham entre risas.

"Este es mi trabajo, no puedo trabajar de otra cosa porque el golpe en la cabeza no me da, yo no puedo estar mucho al sol y siempre tengo que salir con un paraguas", dijo.

Este peculiar vendedor es muy chistoso, esto le ha servido para atraer más clientes, él contó que con la ayuda de la esposa, todas las mañanas prepara el producto, luego que los fríe espera unos minutos para refrescarse y salir a vender, diciendo "Sí tengo chicharrones, sí".

COMERCIANTE

Aparte de vender chicharrones, Abraham hace rifas de lechonas y sombreros pinta'os.