Las hazañas de Fello
Alfredo Marciaga. (Foto: Iván Uribe / EPASA)

Denise Lara | DIAaDIA

Una crisis de salud obligó a Alfredo Marciaga a abandonar su oficio como obrero de la construcción, pero eso no le ha impedido surgir.

Por muchos años, "Fello", como lo llaman amigos y familiares, destacó en este oficio, sin embargo, su estado de salud era deficiente. "Sufría de enfermedades constantemente, hasta que tiempo después, me diagnosticaron epilepsia y me dijeron que yo no podía trabajar en construcción", contó Alfredo.

Aunque era lo único que conocía, Alfredo pensó que podía invertir el dinero que le dieron de liquidación en un negocio propio; para él, la mejor idea fue un puesto de venta de frutas y verduras. Aprovechando sus conocimientos de construcción, en vez de empezar con un mueble de madera, como hace la mayoría, Fello construyó su puesto con bloques. "Con la plata que agarré de la liquidación lo cogí para hacerlo de una vez de bloques, yo mismo lo construí picando la tierra", aseguró Alfredo, quien desde hace tres años, es el que surte de frutas, verduras y legumbres frescas, a sus vecinos de La Providencia Nº2, con su Kiosco Lisbeth.

Su salud ha mejorado notablemente y su situación económica también.

Con su pequeño, pero exitoso negocio, ha logrado mantener a sus tres hijos y a su esposa, con quienes vive a pocos metros del puesto que atiende. "Me ha ido muy bien, fíjese que en días de semana, tengo que ir hasta tres veces al mercado de abastos para surtir, y los fines de semana casi que no tengo mercancía que vender", dijo Fello.

Así como él no temió dejar su trabajo por iniciar un nuevo sueño, Fello alentó a cualquiera que se encuentre en una situación similar, a luchar por lo suyo.

CALIDAD

"Mis vecinos me han acogido muy bien, porque estoy vendiéndoles buen producto", asegura Fello.

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