Han pasado 121 años, desde que un movimiento obrero en Chicago, EE.UU., salió a las calles a protestar por mejores condiciones de trabajo. En ese entonces, por la demanda de una jornada laboral de ocho horas.
Y al parecer, las irregularidades laborales continúan dándose, por lo menos en Panamá, y especialmente en el área de la construcción. Es cierto que estas manifestaciones callejeras son molestas y siempre perjudican a terceros, pero hay un dicho que dice: "Si yo no lo hago, quién lo hará por mí". Además, es importante conocer qué hay detrás de ese obrero.
"Julio" tiene cinco años de laborar en este sector, y todas las mañanas, antes de salir a su trabajo, le pide a Dios que lo regrese con vida a su hogar, junto a su familia.
Diariamente se levanta a las 4 de la mañana, se arregla, despierta a sus "dos rayos de luz": Tati de 5 años y Julio de 8, para que vayan a la escuela y el kinder; les prepara el desayuno y se los deja listo. Su esposa se encarga de lo demás, para que él pueda irse a trabajar. Aún oscuro, Julio espera el bus que lo llevará hasta la ciudad y hace un transbordo hasta a Paitilla.
Bajo el sol o lluvia, Julio hace su trabajo, pero vive con el temor de que algo falle y le quite la oportunidad de ver a sus hijos crecer. "Yo vi hace unos años, cómo uno de mis compañeros cayó al vací...¦ Si hubiera estado la malla, él todavía estuviera aquí", comentó.
La inexistencia de mallas, la falta de botas y cascos para los obreros son algunos de los puntos que no permiten que el empleado realice un trabajo eficaz y seguro, manifiesta Saúl Méndez, del Sindicato Único Nacional de Trabajadores de la Construcción y Similares (SUNTRACS).
Sólo hace unos días, este sindicato realizó una asamblea nacional donde se evaluó el tema de la seguridad en el sector de la construcción y se acordó que la Junta Directiva está autorizada para hacer un llamado a huelga, cuando crea que sea necesario.
Además, se evaluó crear un código en materia de salud y seguridad en la industria de la construcción.
HAY OTRAS AREAS AFECTADAS.
Pero no sólo aquí se registran irregularidades laborales. Hoy en día, existe una proliferación de salones de belleza, donde los precios son sumamente bajos, por debajo de lo que debe ser. "María" ha trabajado en varios salones de belleza, desde los más lujosos hasta los más sencillos, pero siempre ha mantenido el mismo precio en su trabajo, ya que también hay desgaste físico. "Ahora, tú ves que te cobran tres dólares por un blower. No es fácil estar casi media hora de pie con un aire caliente, por cada ocho clientes", comenta la joven estilista. Para "María", cobrar tan poco por un blower es un tipo de explotación por parte de los jefes.
También existen otras áreas donde la vida de los empleados corre riesgo. Por ejemplo, por años, los empleados de las bananeras de Puerto Armuelles y Changuinola se han quejado por el riesgo al que se exponen con los tóxicos.
En los almacenes, las mujeres permanecen mucho tiempo de pie, y esto puede afectar la salud, especialmente, la columna vertebral o los riñones. "En toda actividad hay un riesgo", afirmó Reynaldo Rivera, ministro de Trabajo.
¿QUE HACEN LAS AUTORIDADES?
Rivera dice que la entidad cuenta con una función natural, que es la inspección, que se realiza en las distintas áreas laborales. En ella, se ejecuta un patrullaje permanente y rutinario; especialmente en el área más riesgosa: la construcción.
Y para elaborar ese trabajo, MITRADEL, SUNTRACS Y CAPAC crearon una comisión tripartita, que ha realizado un gran número de inspecciones y en ellas han detectado varios proyectos que no cumplen con las normas de seguridad. Éstos han sido paralizados.
El funcionario manifiesta que mantener la seguridad, la higiene y la salud es un problema permanente, pero se puede lograr, pero para ello se requieren tres puntos importantes: que los empresarios inviertan en la seguridad de sus obreros; que los mismos empleados pongan en práctica medidas de seguridad y, que el Gobierno invierta en programas de seguridad ocupacional.
A pesar de que el MITRADEL trata de hacer su trabajo, reconoce que falta presupuesto, prueba de ello es que actualmente sólo hay 58 inspectores en el país, que no se dan abasto.
Para subsanar este problema, se ha solicitado un crédito extraordinario al Ministerio de Economía y Finanzas, que debe ser discutido en el Consejo Económico Nacional (CENA).
ACCIONES
En el año 2006, el MITRADEL realizó 12 mil inspecciones, y en lo que va del año ha efectuado 3 mil. 60 proyectos han sido paralizados por el MITRADEL, y por el SUNTRACS más de 100 obras.
Los trabajadores de la construcción entregarán un proyecto de ley que regule la actividad de la seguridad laboral, en donde se contemplarán sanciones a los empresarios irresponsables.
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