Barcelona cayó ayer 1-0 frente al Manchester United en la semifinal de la Liga de Campeones. Esta derrota hace prever movimientos colaterales, como un cambio en el banquillo, la llegada de nuevos jugadores, renovar la ilusión o, como diría Joan Laporta, poner de nuevo en marcha el círculo virtuoso. Van dos temporadas que los culés se quedan sin título.