El mundo entero se enamoró de la duquesa Catherine Elizabeth una vez apareció a la entrada de la abadía Wetsminster, vestida de novia. Ella dejó al mundo con la boca abierta por su sencillez y elegancia, y hasta hizo que millones recordaran a la fallecida princesa Grace Kelly de Mónaco cuando se casó en 1956.
La nueva duquesa Catherine de Cambridge se vio elegante, moderna, jovial, pero muy adecuada a la tradición. El vestido fue diseñado por Sarah Burton, de la casa de moda Alexander McQueen. El vestido tiene el corpiño de satén color marfil, estrecho en la cintura y acolchado en las caderas. La parte trasera tiene 58 botones cubiertos de gazar, organza y ojales Rouleau. La enagua está hecha de tul de seda con una orilla de encaje de Cluny.
Se dice que la duquesa eligió ese vestido por la belleza de su artesanía, su respeto a la mano de obra tradicional y la elaboración técnica de la ropa, informó el sitio de la boda real.
Además, lució un velo de tul que data del año 1936 y que fue cedido por la reina Isabel II para la boda real. El vestido también tenía una cola de 2.70 metros que su hermana Pippa Middleton sujetaba.