Dicen que una vez un hombre era perseguido por varios malhechores que querían matarlo. El hombre ingresó a una cueva, los malhechores empezaron a buscarlo por las cuevas anteriores a la que él se encontraba.
Con tal desesperación elevó una plegaria a Dios, de la siguiente manera: "Dios Todopoderoso, haz que dos ángeles bajen y tapen la entrada, para que no entren a matarme".
En ese momento escuchó a los hombres acercándose a la cueva en la que estaba escondido y vio que apareció una arañita.
La arañita empezó a tejer una telaraña en la entrada.
"Señor te pedí ángeles, no una araña." Y continuó: -"Señor por favor, con tu mano poderosa coloca un muro fuerte en la entrada para que los hombres no puedan entrar a matarme".
Abrió los ojos esperando ver el muro tapando la entrada, y observó a la arañita tejiendo la telaraña. Estaban ya los malhechores ingresando en la cueva anterior y éste se quedó esperando su muerte.
Cuando los malhechores estuvieron frente a la cueva en que se encontraba el hombre, ya la arañita había tapado toda la entrada, entonces se escuchó esta conversación:
- Vamos, entremos a esta cueva. - No. No ves que hasta hay telarañas, nadie ha entrado en esta cueva. Sigamos buscando en las demás.
Hay una frase muy bella que dice: "Si le pides a Dios un árbol te lo dará, en forma de semilla".