Para ella, en todo trabajo hay que ser perseverante. Con esa mentalidad Diorgina Gracia, de 41 años, ha logrado salir adelante con su negocio de venta de artesanías de barro y plantas.
Ella se estableció desde el año de 1987, en la entrada de la barriada Brisas del Golf, en lo que al principio era una feria libre.
Junto con su socia Marlenis Palacios, Diorgina fue poco a poco promoviendo sus productos y puso su local llamado "Artesanías Margin".
Al inicio era difícil vender artesanías del interior en la capital, pues las personas no conocían muy bien el producto.
Le tocó explicarle a la gente lo que les ofrecía y, en ese bagaje, aprendió cosas que no conocía.
La paciencia ha sido su fiel aliada en todos estos años de arduo trabajo, pues labora día y noche, logrando obtener lo necesario para sobrevivir. "A veces, en días feriados, es cuando más se vende", sostuvo.
Así logró hacer muchos clientes, cosechando sus frutos. Se graduó de Licenciada en Geografía e Historia en la Universidad de Panamá, e hizo su casa propia para vivir independientemente.
De todo esto se siente satisfecha, pero no conforme. Sabe que tiene que invertir y mover el dinero para seguir su paso triunfal.
Ahora ha optado por pintar los adornos, con colores llamativos, para atraer a los clientes y ofrecer algo distinto a lo tradicional.
Sus productos de barro, procedentes de El Valle de Antón y La Arena de Chitré, llegan cada 15 días, dependiendo del movimiento. Además, a sus plantas les da un cuidado especial todos los días, a fin de tenerlas lo más frescas posible.
Dijo que "para ofrecer un buen producto hay que darle un buen acabado. Para eso debe ser alguien que sepa hacerlo".
Diorgina es consciente de que su futuro depende en gran parte de su faena actual. Por eso no piensa en buscar un trabajo distinto al que tiene. Todo lo contrario, se empeña a diario en mejorar su atención a los clientes, con un buen servicio.
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