Las familias de los tres rehenes italianos secuestrados en Irak, encabezaron una marcha de 5 mil personas hasta el Vaticano para pedir su liberación, dentro del plazo de cinco días dado por los captores para que organicen una gran manifestación en Roma. Ondeando sólo banderas multicolores de la paz, los manifestantes recorrieron, en su mayor parte en silencio, la rectilínea Vía de la Conciliazione de la Plaza de San Pedro.
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