¡No hay diésel barato! Mientras los transportistas mantienen una férrea disputa con el Gobierno para que les entregue la cuota mensual de combustible exonerado, el resto de los panameños se pregunta qué harán con los nuevos precios de combustible que superan los B/. 4.00.

Desde hoy, la gasolina de 95 octanos subió 25 centésimos; la de 91 octanos, 23 centésimos, y el diésel aumentó 17 centésimos por galón. Esto es para los panameños que no son beneficiados con ninguna clase de subsidio.

Un galón de gasolina de 95 octanos podría costar B/. 4.05; la de 91 octanos, B/. 4.00, y el diésel, B/. 3.92. Mientras, los transportistas pagarán por el diésel exonerado solo B/. 3.00 por galón.

Por su parte, Luis Rodríguez, presidente de la Cámara Nacional del Transporte (CANATRA), explicó que si ellos no recibieran el combustible exonerado, no sería rentable el negocio del transporte, pues trabajarían solamente para el diésel.

Destacó que el pasado lunes les entregaron 30 mil galones de diésel, cantidad que fue repartida en 20 piqueras que abastece unos mil buses.

Aunque el Ministerio de Comercio e Industrias desmintió que haya escasez de combustible, el dirigente transportista dijo que de qué vale que estuvieran los barcos petroleros, si las compañías que lo distribuyen les dicen que no hay.

Advirtió que los buses rodarán hasta donde les alcance el diésel que tienen en los tanques.

Hizo un llamado a los usuarios para que no se extrañen si mañana no ven buses circulando por las calles de la ciudad.

Por otra parte, la oficina de Relaciones Públicas del Ministerio de Comercio e Industrias reiteró que el pasado viernes 25 de abril dos barcos petroleros descargaron un total de 100 mil barriles de diésel liviano.

En un recorrido realizado por diferentes estaciones de expendio de combustible, DIAaDIA notó que la Texaco, ubicada en la Avenida Nacional frente al Hospital Santa Fe, fue la única que había cambiado los precios antes de que comenzaran a regir los nuevos.

PETROLERAS

Los transportistas acusaron a las petroleras de retener el combustible, esperando que los precios suban.