Hace cinco años, Dalia Viveros empezó su lucha contra la delincuencia en el barrio que la vio crecer: El Chorrillo.

La "Pastora Dalia", como se le conoce en el popular barrio, sobre todo en la calle 27, es una asidua luchadora contra la delincuencia y la violencia que se vive en el populoso barrio, es por eso que, junto a un grupo de trabajo, se ha involucrado en las pandillas para sacar a los jóvenes del mal camino y encaminarlos en la Palabra de Dios practicando la paz.

"Me di cuenta que tengo una fuerte afinidad con los jóvenes y entonces armamos el equipo de trabajo para ir a las calles donde los jóvenes se mataban los unos a los otros", expresó, y dijo que la situación llenó su corazón de mucha tristeza, y por eso se empeñó en trabajar más por ellos.

"La situación no ha menguado del todo, pero sí ha habido resultados", dice satisfecha esta madre de dos hijos de 16 y 20 años.

"Veo a jóvenes rehabilitados, casados, con familia y al ver el trabajo que se hizo en la vida de estos jóvenes pude entender que sí se podía", dijo.

Fue por eso que se dedicó a un trabajo más formal dando seminarios, aparte del lado espiritual, pues un 98% de los jóvenes no han terminado la escuela. Por ello, Dalia brinda asesoría en el día en el INADEH junto a otro grupo de profesionales.

Pero todo no ha sido fácil, porque, al no tener el apoyo y los recursos necesarios, la rehabilitación de los jóvenes se complica. "Uno trabaja con lo que tiene y lo hemos hecho hasta la fecha, pero se necesita más voluntad por parte de la comunidad y del mismo Gobierno", aseveró. No sin antes agregar que hay que tener pasión y mucho amor para trabajar con esto.

"Es difícil saber que uno puede hacer muchas cosas, pero el recurso no está".

DOS HIJOS

Antes de ser pastora, Dalia es madre y es por eso que ha aprendido a criar a sus hijos en el barrio de El Chorrillo.