Te has puesto a pensar cuán importante eres para Dios. Él nunca está ocupado cuando le necesitas. El Señor lleva un registro particular de cada uno de los acontecimientos de tu vida.

Dios te llama por tu nombre, porque Él te conoce, desde antes que nacieras. Dios es admirable, en el mundo hay billones de personas y a todas Dios las conoce por su nombre.

No importa lo que diga la gente o lo que indiquen las circunstancias, confía en Dios y espera el cumplimiento de su promesa. Cuando el Maestro te llame, levántate y ponte a sus órdenes.

Aprende a escuchar la voz de Dios, no seas de los que viven en la iglesia, de los que no se pierden ni una reunión y participan de todos los eventos, pero que no conocen la voz de Dios.

No te sumes a la lista de los que se pasan toda una vida metido en la religión, sin llegar a conocer ni tener una relación correcta con Dios.

La única manera de escuchar y confirmar la voz de Dios es por medio de su Palabra.

Por eso evita ser un creyente emocional, ya que la emoción te puede llevar a hacer cosas que piensas que son de Dios, sin embargo, no se ajustan a la realidad de la Biblia.

Procura ser una persona de convicciones más que de emociones. No bases tu actuación en la vida en cosas que sientes, fundamenta tu vida en lo que señala la Palabra de Dios.

Cuando Dios te llame aprende a distinguir su voz. Todo lo que sientes que Dios te dice debe estar respaldado por su Palabra.

Dios te habla diariamente por su Palabra, Él está a tu lado día tras día y te llama por tu nombre.