
El ruido no solo afecta la capacidad auditiva de quienes están en contacto frecuente con él, sino que al mismo tiempo ejerce una influencia negativa en la salud física y mental de todas las personas, propiciando diversos trastornos al organismo.
Quienes vivimos en ciudades como Panamá, estamos rodeados de ruido, sin que podamos escapar de él. Poca gente es verdaderamente consciente del peligro del ruido.
Cuando no es muy fuerte, puede afectarnos lentamente la salud. Por ejemplo, puede provocarnos alta presión sanguínea, puede alterarnos la digestión o provocarnos estrés. También afecta durante el sueño, reduciendo la duración del sueño profundo. Los niños se ven especialmente perjudicados por esto, ya que es durante el sueño profundo que el cuerpo produce las hormonas del crecimiento. Si el sueño profundo se reduce, también se alterará el crecimiento.