
Espinoza es muy querido y respetado por sus compañeros y por su jefe.Fotos: JESÚS SIMMONS
Espinoza es muy querido y respetado por sus compañeros y por su jefe.Fotos: JESÚS SIMMONS
Espinoza es muy querido y respetado por sus compañeros y por su jefe.Fotos: JESÚS SIMMONS
Siempre está listo para cualquier emergencia.
Siempre utiliza su equipo especializado para apagar fuegos.
Todos se cuidan, pues saben que es un trabajo peligroso.
Espinoza y sus compañeros son un gran equipo.
Espinoza es muy querido y respetado por sus compañeros y por su jefe.Fotos: JESÚS SIMMONS
Siempre está listo para cualquier emergencia.
Siempre utiliza su equipo especializado para apagar fuegos.
Todos se cuidan, pues saben que es un trabajo peligroso.
Espinoza y sus compañeros son un gran equipo.
Espinoza es muy querido y respetado por sus compañeros y por su jefe.Fotos: JESÚS SIMMONS
Siempre está listo para cualquier emergencia.
Siempre utiliza su equipo especializado para apagar fuegos.
Todos se cuidan, pues saben que es un trabajo peligroso.
Espinoza y sus compañeros son un gran equipo.
Espinoza es muy querido y respetado por sus compañeros y por su jefe.Fotos: JESÚS SIMMONS
Siempre está listo para cualquier emergencia.
Siempre utiliza su equipo especializado para apagar fuegos.
Todos se cuidan, pues saben que es un trabajo peligroso.
Espinoza y sus compañeros son un gran equipo.
Espinoza es muy querido y respetado por sus compañeros y por su jefe.Fotos: JESÚS SIMMONS
Siempre está listo para cualquier emergencia.
Siempre utiliza su equipo especializado para apagar fuegos.
Todos se cuidan, pues saben que es un trabajo peligroso.
Espinoza y sus compañeros son un gran equipo.
Recuerda este valeroso bombero, que desde que era un niño jugaba apagar incendios con sus hermanitos y les decía que algún día apagaría uno de verdad.
Ese sueño se le hizo realidad y hoy es parte del SEIP del Aeropuerto Internacional de Tocumen, donde se esfuerza por hacer una buena labor.
En su primer día como bombero de SEIP estaba muy nervioso, pues conocía los peligros a los que se podría enfrentar.
“Yo sé que cuando salgo de la casa y llego al portón del cuartel, las cosas cambian”. Con esta reflexión, este “camisa roja” es consciente de que un día podría no volver a su casa.
La caída de un helicóptero en el 2009, que dejó un saldo de tres personas muertas, le recordó lo peligroso de su profesión. Ese día él estaba de turno y le tocó atender la emergencia, lo primero que le pasó por la mente fue si regresaría a su hogar.
En esta profesión tan peligrosa, sus compañeros son como su familia y su gran apoyo a la hora de atender una emergencia.
Su otro pilar es su familia, por la que se esfuerza trabajando muy duro para que nunca les falte nada, pues procura humildemente darles todo lo que necesitan.
Para su futuro, seguirá entrenando y capacitándose en todo lo que tiene que ver con su carrera, pues aspira a ser mejor cada día.
Además, reza y le pide a Dios todos los días por sus compañeros de trabajo y por él, para que los saque con bien de las emergencias que les toca lidiar a diario.