Brindar apoyo, orientación y, sobre todo, mucho cariño (como el de una madre), es el trabajo que con mucha dedicación hace Gladys Rodríguez, una señora de 48 años que es monitora de un grupo de niños en Ciudad del Niño.

Gladys es responsable de 27 pequeños que están internados por problemas familiares o por escasos recursos. Ella debe llevarlos a que reciban sus alimentos, a tomar las medicinas y en los cuidados médicos; además, los orienta, aconseja y hasta cumple de acudiente escolar para cada uno de ellos.

Comentó que su labor consiste en tratar de ser una madre para estos niños, que no tienen la culpa de su situación, y ayudar para que ellos tengan un buen futuro y sean personas de provecho.

"Siempre me ha gustado trabajar con niños, me es fácil ganar su confianza y ellos despiertan un sentimiento muy especial en mí, ya que muchos de ellos jamás conocieron el afecto de una madre, y a mí me toca desempeñar ese papel. Por eso, cuando llegan dándome besos, abrazándome y diciéndome: usted es nuestra mamá, me llenan de felicidad y eso no lo cambio por nada", relató la entusiasta monitora.

Su mayor satisfacción es que por sus manos, han pasado muchos niños que hoy en día son jóvenes profesionales y trabajadores, y el saber que ella fue la encargada de la formación de ellos, es algo que muy lindo.

Gladys tiene 4 hijos ya mayores y comparte los gastos del hogar con su esposo, aunque ella realiza este trabajo, más que por necesidad, por el amor y vocación que siente.

"A mí me han ofrecido trabajo en otros lugares y con un mejor sueldo, pero yo los rechacé, ya que siento que Dios me puso en este lugar y esto es lo que verdaderamente me gusta hacer. No todo en esta vida es dinero, por eso prefiero la satisfacción que me produce hacer esta labor que tanto me encanta", enfatizó.

EXPERIENCIA

Gladys lleva 24 años siendo monitora de niños y niñas.