La diversión es buena, pero hay que saber hasta dónde llegar.
Franklyn Robinson
| DIAaDIA
Chicos, estamos en un periodo en que la presión de amigos influye mucho a la hora de tomar decisiones. Muchas veces, esa presión te hace actuar de forma inadecuada. Sabes que lo que estás haciendo es malo, pero sigues. ¿Por qué lo haces? Por la simple razón de que no tienes fuerza de voluntad para decir no y te dejas llevar por esa marea peligrosa.
Amigo, según el psicólogo Keneth Rodríguez, nadie nace con fuerza de voluntad, eso se hace.
Toda persona, cuando decide no hacer algo que no quiere, es porque tiene fuerza de voluntad.
"Deben aprender a controlar sus impulsos y a controlar sus energías. Si ves una candela, no pones el dedo porque te quema, ¿verdad? Así deben hacer en otras ocasiones y demostrar que sí pueden tener fuerza de voluntad", aconsejó Keneth.
Todo ser humano, cuando se propone firmemente organizar las energías de que dispone en dirección de un objetivo, alcanza unos resultados verdaderamente sorprendentes.
¿DE QUE DEPENDE LA VOLUNTAD?
Fundamentalmente de dos elementos: de la motivación y de la responsabilidad. En relación con la motivación, pueden clasificarse en:
Motivos personales: Estudiar para saber, para conocer.
Motivos familiares: Para satisfacer a los padres, por ayudarles económicamente, entre otros.
Motivos sociales: Estudiar para ganar dinero, para tener una carrera, una posición social y otros.
MOTIVACION AL HACER LAS COSAS
Ya los jóvenes no están motivados a hacer una u otra cosa, por varias razones que comienzan en casa y son parte de la vida. Algunos factores que pueden contribuir al bajo nivel de motivación son:
Cambios biológicos: El comienzo de la pubertad y los cambios que se registran en tu cuerpo suelen ser un factor de angustia, preocupación, distracción.
Preocupaciones emotivas: Por ejemplo, no pertenecer al grupo "popular" de la escuela.
El ambiente escolar: Como adolescente puedes perder la motivación cuando pasas de la escuela primaria a la secundaria: puedes sentirte perdido en la nueva escuela o sobrecargado con la mayor cantidad de trabajo escolar.
Percepción de las capacidades: Tú comparas tu capacidad con la de otros y puedes sentirte disminuido. Ejemplo: ¿Por qué ella tiene esto y los padres siempre la ayudan a tal cosa y en casa tengo que hacer de todo? ¿Para qué esforzarme demasiado si el esfuerzo no me ayuda a mejorar?
Falta de oportunidades: Algunos jóvenes carecen de oportunidades de participar en actividades extraescolares que fomenten su entusiasmo. Es importante que busques en las escuelas, en los centros comunales propuestas de actividades para los adolescentes.
COMO SOLUCIONARLO:
Todo empieza en la casa, con los ejemplos de los padres y familiares.
Como adolescente, tú aprendes mucho al ver a tus padres cumplir con su trabajo y sus obligaciones.
Ellos te enseñan a ponerte metas y a trabajar para alcanzarlas. Te ayudan a comprender el valor de enfrentar los desafíos y a descubrir la satisfacción que produce superarlos.
Los adolescentes necesitan tener oportunidades para desarrollar sus talentos. Dile a tus padres si te interesa realizar un curso de inglés, una clase de arte o practicar algún deporte.
Tus padres deben alentarte con elogios. Felicitarte cuando has hecho bien una actividad; la tarea escolar, por ejemplo.
Tus padres pueden detectar y desarrollar tus puntos fuertes. Todos tenemos alguna capacidad especial en alguna área. Ellos deben identificar qué sabes hacer mejor, en qué tienes más habilidad y motivarte a que la desarrolles.
Tus papás deben mantener comunicación con la escuela, con los maestros, los tutores escolares o el director de la escuela cuando sea necesario.
Fíjate metas, objetivos realistas. Cuando se les pide a los jóvenes que logren lo imposible, dejan de esforzarse.
Con estos tips, tu fuerza de voluntad será infranqueable.