Injusticia. El cabo 1º de la Policía Nacional, Juan Francisco Aizpurúa Araya, de 38 años, murió a manos de delincuentes la noche del jueves en la cuarta etapa de Santa Librada.

Juan salió del Centro Femenino de Rehabilitación, donde laboraba desde hace dos años, a las 6: 00 a.m., y se fue para su casa en el sector 5 de Cerro Batea, donde lo esperaba su esposa Verónica Rivera y la hija de ambos, de 1 año y medio de nacida, que estaba enferma. Él descansó hasta el mediodía y después llevaron a la pequeña al hospital. De regreso dejó a su esposa en la residencia de su suegra en Santa Librada y quedó en ir a buscarla a las ocho de la noche, contó Anayansi Rivera, su cuñada. Pero fue a esa hora cuando la tragedia ocurrió.

Y es que al parecer, el auto de Aizpurúa, que hacía tiempo tenía problemas de recalentamiento, fue la causa para que se detuviera próximo al Primer Ciclo de Santa Librada. En ese momento tres sujetos se le acercaron y le propinaron un balazo en el hombro, que le afectó el corazón.

Herido, el policía corrió unos 20 metros para pedir auxilio. Así fue como un vecino y la esposa del uniformado, que fue avisada de lo ocurrido, lo llevaron a la Policlínica Generoso Guardia, donde falleció.

Él tenía dos hijos más de su primer matrimonio. Por este caso fue detenido Bolívar Antonio Paterson, de 19 años, quien fue dejado en libertad en la tarde. Además, dos sujetos conocidos como "Aristides" y "Mendigo" fueron señalados como sospechosos.

Según contaron los familiares de la víctima, Aizpurúa, en su trabajo como policía hace como dos años tuvo un percance con "Bolivín", cuando se lo llevó detenido en una batida.

Ellos sólo esperan que se haga justicia y que el crimen no quede impune.

UNA "BAJA"

Aizpurúa tenía más de 10 años de ser policía. El único detenido por su muerte fue dejado en libertad en menos de 24 horas.