
Lionel Messi no entiende de partidos sin tensión y, aunque el Barcelona casi no tiene opciones de éxito en la Liga, volvió a sacar lo mejor de sí para lograr un nuevo triplete de goles con los que catapultar a su equipo a un nuevo triunfo, por 4-1 contra un Málaga que, pese a todo, no saldrá muy perjudicado esta jornada. A pesar de su claro dominio, el Bara marcó dos tantos de penalti, bastante protestados por los malaguistas, especialmente el primero, en el que la caída de Iniesta pudo haber sido fuera del área. En el partido 150 de Josep Guardiola en la Liga, y a falta de dos para despedirse del Bara, su equipo no desmereció nada respecto a las mejores actuaciones que ha tenido en otros episodios de grandes éxitos.
El Bara jugó un gran partido ante un Málaga, cuarto en la Liga, que poco pudo hacer, aunque se marcó unos pocos destellos de gran calidad, pero insuficientes. El Málaga llegaba a Barcelona a arañar algo que le mantuviese en lo alto de la tabla, pero tardó en verse la cara más competitiva del equipo andaluz, bastante bajo de pulso y acorralado en su campo esperando que Rondón sacase las castañas del fuego, aunque también dio brillo a su fútbol en acciones individuales aisladas, de mucha calidad.
El Bara no dejó de ser él y, con un centro del campo con Keita, Cesc e Iniesta, controló el partido sin muchas angustias, especialmente porque la medular del Málaga no inquietó en exceso. Pronto empezaron los problemas para el Málaga, cuando Demichelis desvió un balón y Kameni debió intervenir para evitar que se colase en la portería. El Málaga se encontró con su primera oportunidad en un lanzamiento en la frontal tras una falta de Cesc. Duda firmó un disparo preciso y envió el balón a un palo. Dos minutos después, Cesc conectó con poca fuerza un disparo, tras una jugada bien elaborada por su equipo dentro del área andaluza. En la acción posterior, Puyol puso el pie en un pase de la muerte de Iniesta y el Barcelona marcó el primer tanto (1-0).