Elisinio González G.
Como por arte de magia, el sueño se había escapado.

Redacción | Junio del 2003. Se jugaba el III Torneo del Ranking Nacional en las canchas de arcilla de Curundu. Dania Navarro, una joven promesa del tenis panameño, estaba a punto de lograr una hazaña sin precedentes: pasar a su tercera final en tres ranking diferentes, en un mismo torneo.

"Yo estaba ya clasificada para jugar las finales de 14 y 18 años. En la semifinal de 16, estaba ganando. Todo marchaba bien hasta que me caí, luego de emplearme a fondo en una jugada", expresó la tenista.

Navarro sufrió una lesión en el ligamento cruzado de la rodilla de su pierna derecha.

Como por arte de magia, el sueño se había escapado. Nuevamente, el enemigo de todos los atletas había atacado a un nuevo baluarte.

"Esto era frustrante. El mundo se me venía encima. Yo sólo me preguntaba por qué me había sucedido esto a mí", afirmó.

A pesar de todo lo anterior y como diría aquel viejo proverbio tenístico: "Nunca el partido está ganado hasta que la última pelota pica dos veces".

Navarro estaba decidida a pasar por encima de este obstáculo y lo logró, a base de mucho esfuerzo y dedicación. Después de seis meses de arduo trabajo, regresó nuevamente a la competencia.

"Mi vida es el tenis. Todo se lo debo a Dios y a mis padres, quienes siempre me han apoyado", precisó.

Dania Navarro actualmente compite en el I Torneo Abierto Nacional "Copa New Balance".

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