Pobres, pero unidos
Justa dice que no se cuidó para evitar tener más hijos porque sufre de presión alta y las pastillas le afectan su organismo.

Didier Hernán Gil | DIAaDIA

En su casa hay más preocupación que paz, pues sólo se respira hambre, deudas y desesperanza.

Y es que desde que emigró hacia la ciudad, desde su natal Buenos Aires, en Veraguas, en busca de una mejor vida, no ha encontrado otra cosa que golpes de la vida.

Este es el túnel que se encuentra atravesando Justa Zambrano junto a sus siete hijos. Ella reside en el sector de Altos del Puente, en Las Mañanitas, y desde hace dos meses su esposo, que trabajaba en una agencia de seguridad, quedó desempleado, y a la fecha no le han pagado sus prestaciones laborales, empeorando su diario vivir.

Justa contó a DIAaDIA que cinco de sus hijos estudian y a duras penas van a la escuela. "A veces ni los mando porque no hay ni para té de hierbas, y menos pa’ comprar el pan".

Los vecinos de Justa han sido solidarios con ella; no obstante, admite que le da pena ver que desde su pobreza sus vecinos le dan de comer a sus vástagos.

"Ya creo que perdí la cuenta de lo que le debo a la tienda y a los vecinos que me prestan para poder comer", recalcó.

Y, como si fuera poco, están las desgracias de esta familia, recientemente uno de sus hijos se cayó de un barranco y quedó fracturado en el hospital. Justa vive en una casa de zinc y madera vieja con piso de tierra. Dijo que algo que la consuela es que sus hijos comprenden la situación y no son tan exigentes.

MAS LIOS

El terreno donde viven es producto de una invasión. Esta familia no quiere más dolores de cabeza.

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