A veces, las herramientas que nos facilitan las labores cotidianas tienden a oxidarse por el uso, como los abrelatas.
Para evitar que el abrelatas se oxide, es conveniente de vez en cuando limpiarlo con gasolina y aplicar luego un poco de aceite de oliva.
Si, en cambio, ya está oxidado, primero deberá frotarlo con medio limón empapado en sal gruesa y luego, proceda.
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