Vestido como para ir a la oficina, Alberto Valencia Arriaga, de 73 años, se dirige todas las mañanas hasta su puesto de venta, ubicado en el Mercadito de Calidonia.
Alberto se traslada en un cajón de madera con ruedas, saludando a todos a su paso por la Peatonal.
Este atento señor contó que por el polio que lo azotó a los diez años, un doctor que lo operó en Colombia le reveló que su mal era irreversible, pero que él era un hombre como cualquier otro.
Admitió que con su kiosko compró su apartamento en Barraza. Sobre su vestimenta, resaltó que él es "marañonero", y que ésta era la forma como vestían ellos antes.
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