Más de mil hectáreas de terreno y área reforestada, se perdieron en el último incendio forestal que se registró el pasado sábado en el cerro Guacamaya, de Penonomé, considerado un área protegida y de reserva hídrica, que abastece a más de 20 comunidades de agua.

Ariel Reyes, agro ambientalista, dijo que en el cerro se dan anomalías todos los años, en donde personas mal intencionadas deciden ocasionar incendios forestales que acaban con la flora, fauna y hasta afectan las tomas de agua de muchas comunidades que se abastecen de agua de los afluentes.

Reyes expresó que estos incendios forestales se dan también por causa de aquellas personas que queman para pastoreo de ganado, siembra de cultivos y hasta los cazadores que no tienen la precaución necesaria, ocasionando terribles daños.

El pasado sábado se incendió el cerro Guacamaya y, lamentablemente, no se contaba con el personal para controlar el siniestro, ya que los únicos que se presentaron fueron cinco funcionarios de la ANAM.